La raíz de todos nuestros problemas es el no estar bien de manera integral. A veces nos preocupamos por estar bien físicamente, pero descuidamos a nuestro bienestar emocional o espiritual.
Si estás bien en todos los aspectos, no habrá problema o dificultad que te quede grande.
Piénsalo bien, para ser la mejor versión de ti misma en cualquier campo, debes invertir en tu propio bienestar primero. Por ejemplo, no puedes ser la mejor en tu trabajo si tu estado físico, emocional o espiritual está mal. Lo mismo aplica para otros aspectos de tu vida... no puedes ser la mejor amiga, la mejor pareja, o la mejor madre si no estás bien contigo misma.
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