Es natural querer compararse con otras, pero resiste la tentación. Primero que nada, el compararte con otras es una injusticia hacia ti misma ya que lo más seguro es que compares lo peor de ti con lo mejor que conoces de las otras personas. Al compararte con otras estas arriesgándote a perder tu autoestima, dignidad, empuje y pasión entre otras cosas lo cual puede producir depresión e infelicidad.
Entonces ¿para qué insistir en practicar algo que no te trae beneficios?
Además, Cuando te enfocas es las otras personas, en sus logros y en sus vidas, pierdes tiempo valioso para apreciarte a ti misma y para contemplar tu vida. Ten en cuenta que eres única y que tus verdaderas necesidades, aspiraciones y sueños también son únicos. Tu mente, tu espíritu y tu cuerpo también son únicos. Es posible que tengas valores similares a las de otras personas, o que tus creencias sean similares, o que tu cuerpo sea similar en forma, talla etc. Sin embrago recuerda, similar no significa igual. Nunca serás igual a nadie y eso es lo que te hace tan maravillosa. Por todo esto, debes procurar nunca compárate con nadie y siempre tratar de ser la mejor versión de ti misma que existe.
¿Cómo puedes hacer para dejar la costumbre de compararte con las demás, especialmente en esta era digital donde todo gira en torno a la comparación y a los logros materiales y superficiales?
1. Familiarízate con los efectos nocivos de compararte a ti misma y a tu vida con otras y con la vida de otras.
2. Enfócate en tus logros y elimina esa noción de que hay logros grandes y pequeños (un logro es un logro y por lo tanto tiene mucho valor). Tú tienes muchos dones que compartir con el mundo sin importar que carrera ejerzas o que tanto dinero generes. Personalmente he conocido personas muy humildes con una capacidad de dar amor y compresión inmensa. Personas que con actos de bondad han ayudado a tantas otras personas creando muchos cambios positivos en sus familias y comunidades.
3. Enfócate en cultivar amor, empatía, generosidad, compasión y humildad entre otras cualidades que no solo te hacen una persona rica y completa, sino que también mejoran el entorno en el cual vives. Trata de ayudar a los demás desinteresadamente ya que esto también te traerá mucho gozo.
4. Cambia tu manera de pensar, de ser necesario, para enfocarte en la colaboración envés de la competencia. La vida está llena de obstáculos y cuando te limitas a competir y a ser la mejor, puedes terminar muy sola. Es mejor entender que la vida es un paseo en donde todas las personas somos compañeras de viaje y en donde en compañía podemos descifrar mejor como encarar los obstáculos. Bien dicen los sabios que dos cabezas piensan mejor que una.
5. Practica la gratitud reconociendo las cosas buenas que hay en tu entorno. También reconoce las cualidades buenas y dones que tienes. Reconoce las cosas buenas que te pasan y a las personas buenas que se cruzan en tu camino.
6. Muévete, ¡Así de sencillo! Si comienzas a compararte con otra persona, cambia de entorno, vete para otro lado. O si la comparación que estás haciendo es producto de las redes sociales, aléjate de tu celular o cambia de aplicación o página momentáneamente hasta que se te pase la tentación de compararte.
7. En vez de compararte con otros para sentirte inadecuada o miserable, usa el éxito de otras para aprender y para inspirarte.
Tu eres dueña de tu vida y tienes todo el control sobre cómo experimentar este viaje de vida, he ahí la importancia de enfocarte en ti misma y no en los demás.
¡Conócete, quiérete y cuídate!
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