Cuando las cosas no salen como quieres, tomate cinco minutos para lamentarte y para sentirte mal. Si sientes ganas de llorar, llora. Si quieres gritar, grita. Si quieres sentirte mal por ti misma y pensar que eres la más desafortunada de todas ¡hazlo! Pero solo por cinco minutos.
Después de estos cinco minutos, respira profundo. Lo que pasó ya pasó. No vale la pena permitir que algo que ya no puedes cambiar te controle. Límpiate esas lágrimas, levanta tu frente y continúa. Enfócate en las posibilidades y en el hecho de que tu futuro aún no está definido.
Te mando miles de abrazos desde la distancia. Donde quiera que te encuentres, no olvides que eres una guerrera. ¡No te desanimes!
Foto de Ahmed Zayan en Unsplash.
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